Jack Slother

-Nombre de habbo: :dragon-rojo3:

-Nombre del personaje: Jack Slother

-Edad que aparenta: 23 años.

-Generacion: VI

-Clan: Lasombra

-Disciplinas: Dominacion, Potencia, Obtenetracion.

Descripción física:
Piel cuarteada por el sol, tipica de un joven que ha pasado su vida trabajando bajo el sol, musculoso, con una brillante cabellera negra que desceinde hasta sus hombros, inberve. Sus ojos destellan con un corriente marron.

Descripción Mental:
Sociable, es carismatico. Educado y a la vez callejero. Puede pasar de uno a otro con facilidad dependiendo de la situacion. Le gusta la diversion mas en momentos importantes no duda en ponerse serio. Trabajador, siempre esta intentando sacarse las castañas del fuego.



Historia:

Esta historia comienza con un chico joven nacido de unos padres humildes. Tom, el hombre de la casa y padre de Jack, trabajaba casi doce horas seguidas en la fabrica, pues necesitaban el sueldo para poder pagar la escasa educacion que le ofrecian en la escuela, que, aunque escasa, era obligatoria. Tom alguna vez fue un chicjo alto, moreno, con una penetrante mirada y un imponente fisico, ganador de varias pruebas atleticas, cuyas medallas ahora colgaban sobre el aparador, llenas de polvo. Ahora no quedaba ni un vestigio de lo que antes fuere. Una creciente barba de dos semanas lucia el pobre desdichado, ropas desaliñadas, llenas de grasa y hollin. El pelo que antes luciera con orgullo ahora pugnaba por mantenerse sobre su prominente calva, y los musculos que antaño sirvieron para ganarse la popularidad en el colegio de enseñanza, ahora practicamente carentes de la antigua fuerza que emanaba de ellos, trataban de continuar con el duro trabajo al que su dueño les forzaba a realizar, mas no por gusto, si no por obligacion.

Su madre, Isabela, nombre de reina, trabajaba como la reina de la casa, y de chacha en casas ajenas. De azabache melena, y rosto afable, siempre con una sonrisa que ni la mas grande de las dificultades lograba apagar, disfrutaba viendo como su hijo jugaba con lo poco que podian permitirse. De sabia mirada, su cuerpo lucia una belleza que los años de trabajo aun no lograron apagar. Sus manos, una vez suaves como la mas fina seda, eran tratadas todos los dias por una crema hidratante, para no cuartearse. Asi es, los productos quimicos con los que trabajaba le dañaban las manos, y algun sitio mas del cuerpo, aunque ella hiciese ver lo contrario.

Jack, se crio en la pobreza desde el inicio, gracias a las monjas consiguio pañales y leche para sus primeros años, y mas tarde, ellas mismas le daban viveres y entretenimiento. Sabeedor de la pobreza y el trabajo que acosaba a sus padres, no podia mas que buscar la diversion por su cuenta, e intentar traer los menores problemas posibles a su atareada familia. Sus abuelos renegaron de ellos cuando se casaron, y aun mas cuando decidieron concevir a un hijo, ahora no podian hacer mas que trabajar, y colmar a Jack de amor, y de algun que otro obsequio, por pequeño que fuera.

Los otros niños en el colegio se burlaban de el por sus sucias y destrozadas ropas, que el lucia con orguyo. En mas de una ocasion se vio envuelto en trifulcas por culpa de estos, y acababan todos en la sacristia, rezando Padrenuestros y Ave Marias. Mas en esos dias fue cuando Jack renego de toda religion vista la desigualdad con la que trataban a los demas. Oro y joyas adornaban la capilla, y su familia vivia como apenas podia, pese a que un tal Jesus pregonara la humildad, ellos dictaban y traagaban con el dinero.

Cuando sus amigos hablaban sobre los nuevos juguetes que les habian traido sus padres, el simplemente se iba a un lado y fantaseaba con irreales mundos fantasticos, donde habitaban Vampiros, hombres lobo, hadas, dragones y demas seres irreales. Por ello solia ser tomado por loco y perseguido por sus compañeros, que, una vez dado caza, peleaban contra el al son de: ¡Al ataque! ¡A por el loco! Dieciocho a uno y peleaban en igualdad. Su padre trabajaba en las fabricas, reparanndo y revisando grandes y pesadas maquinas dia tras dia, y el, cuando no tenia colegio, le ayudaba con afan. Era un modo de estar junto a su querido padre, y ayudarle.

Cuando llegaba a casa, nudillos pelados y nariz sangrante, su madre le aplicaba un pañuelo en la nariz le daba un caramelo y tirandole levemente de la mejilla con una sonrisita le decia:

-Ve a llevarle el almuerzo a tu padre... pillastre

Bien podian darle todo el dinero del mundo, que, salvo para ayudar a los necesitados, esas humildes palabras y ese caramelo le sabian a gloria y no los cambiaria por nada.

Mas la vida no es un camino de rosas, y si lo es, estan plagadas de espinas. Su padre, devido al constante esfuerzo fisico y a el humo y hollin respirado en el trabajo, pronto enfermo sin remedio. Las medicinas eran demasiado caras, y la empresa nada mas verlo con un pie en la tumba lo despidio. Cuando al final murio, lo hizo dignamente, en una cama, y dandole unas bonitas palabras a su hijo, y a su esposa.
La sonrisa que antaño siempre enmarcaba el rostro de esta dulze mujer, desaparecio sin remedio, y se afano en trabajar horas y horas, lo que debilito mas su marchita belleza. Mas, a ojos del niño, no habia mujer mas bella. Pronto, los productos toxicos y tanto doblar el espinazo hicieron mella en la mujer, enfermandola, mas, no fueron estos quienes la mataron, si no un hijo de puta desgraciado. Le prometio un buen trabajo y no hizo mas que violarla y tirarla por el balcon, cual desecho.

El joven simpatico duro se volvio, las pequeñas reyertas, peleas donde dientes y huesos se rompian en poco tiempo se convirtieron, aquel niño que con cualquier cosa se conformaba no tubo mas remedio que evolucionar, crear una coraza contra el mundo y LUCHAR por sobrevivir.

El tiempo paso, y a la joven edad de 14 años, ya mendigaba por las calles, robaba y vendia cualquier cosa que podia con tal de vivir un dia mas, se creo muchos enemigos mas eso le daba igual, solo queria vivir... hasta que un dia, tubo demasiados enemigos, y los pocos amigos que tenia, le vendieron.

Apaleado, destrozado, sangrante y moribundo, se arrastro por las infestas calles, buscando cobijo, mas la suerte le sonrio de nuevo. Se encontro lo que las monjas llamaban un buen samaritano, pero este, era de los buenos, un buen samaritano REAL. Le dio cobijo, comida y educacion, lo cuido como si de su propio hijo fuese. Compro el viejo piso donde habian vivido durante años y donde seguian enterrados sus padres, y les concedio un entierro digno. Lo hizo TODO por el, y no pidio nada acambio. Si no fuera por Miguel, ahora mismo Jack estaria muerto. El le concedio una nueva vida, le educo mas finamente que ninguno, y le enseño cosas que hasta entonces el desconocia que existiesen. Durante los siguientes seis años conocio mundo, estudio todo lo que caia en sus manos y conocio los mayores placeres que el mundo le pudo ofrecer. Mas no por ello el joven dejo de trabajar. El chico era un obrero y asi queria seguir siendo, y trabajo, bien que trabajo. A los veinte años Miguel le dijo que hiciera su vida, que escogiera que queria ser, y el... volvio a trabajar. Volvio a las fabricas ahora mas limpias y seguras, desarrollo aun mas su musculatura, mas, aun asi, siguio asistiendo a las invitaciones de su maestro y tutor Miguel. Hasta que fallecio. El tiempo y la vejez hicieron mella en el. Curiosamente, le dejo su fortuna a Jack, que, con tanto dinero, no hizo otra cosa mas que viajar. Ya se habia cansado de trabajar, asique decidio viajar ha cualquier lugar, tomarse un descanso, y si hacia falta, volver a trabajar.