Aurtlen Answorth.

Keko: Arioone.

Nombre del PJ: Aurtlen Answorth.

Edad: 24 años.

Apariencia:


Descripción Física: De contextura delgada, pero de músculos delineados y de apariencia atlética. Tez pálida. Cabello largo negro, café oscuro. Mide 1'75 y pesa 79 kg. Casi siempre viste... Como le da la gana, pero con ropas algo remendadas, lo que le da aspecto de vagabundo.

Descripción Psicológica: Es callado y reservado, además de orgulloso, aunque no lo demuestre, parecería alguien más bien humilde (en verdad es bastante humilde, pero para él hay un límite entre ser humilde, y tener dignidad). Honesto y franco cuando habla. A pesar de ser un vagabundo, es una persona muy culta, pues es vagabundo por decisión propia. Y aún siendo un vagabundo, su gusto por la lectura sigue en pie, por lo que compra novelas siempre que puede. Puede llegar a resultar un poco sarcástico, su especialidad son las sátiras bajas de las que casi nadie se da cuenta, y esto le hace mucha gracia.

Normalmente es apacible, y le gustaría vivir su vida en paz, pasando tiempo en el bosque (de hecho, vive en el parque de la ciudad).

Historia:


¿Por qué quieres saber sobre este período de mi vida, cuando era no más que un frágil niño que dependía de su madre? Solamente te puedo decir que nací en Londres. No recuerdo muchos aspectos de mi infancia, y tampoco quiero decírtelos. En fin, supongo que tengo que decir unas cuantas tarambaneses para rellenar.

Mis padres eran dueños de una empresa textil... Y vivíamos medianamente bien. Aunque teníamos dinero, no nos molestábamos en lucirnos con todo lo que teníamos. Me encantaba ese aspecto de mamá y papá. Gente humilde, que solamente tenía una o dos comodidades de más en su casa, como podría tenerlas cualquier persona de clase media alta.

Emmmh, creo recordar, que era un chico común, igual que todos los demás... Jugaba con figuras de acción y eso, pero me dejaron de gustar a los 9 años. Demonios, de pequeño siempre tuve buenas calificaciones.

Luego... el accidente. No sabría decir qué pasó, solamente que probábamos un nuevo coche en una zona rural, perdimos el control, y el recuerdo de mi madre y mi padre girándose, para cubrir mi cuerpo con los suyos.

Duré cerca de dos horas dentro de la chatarra a la que había quedado reducido el coche. Dos horas horribles donde estuve viendo de cerca, la cara de tranquilidad de mis padres, picada por miles de fragmentos de vidrio, y su sangre cayendo sobre mi ropa. Mi corazón se vio marcado por la cruel realidad del mundo.


Ahora ya estamos en otro período de mi vida...

Fui adoptado por una pareja de ancianos. No puedo decir nada, solamente que los amo con toda mi alma y merecen todo mi aprecio. Eran mi nueva familia. Me llevaron a la escuela secundaria, donde crecí un poco apartado de los demás. Todos eran idiotas preocupados por la apariencia, las chicas, los coches que les regalarían para los dieciséis... Me chupan la pija, sinceramente. Nunca tuve novia, ni siquiera mi primer beso; cualquier chico normal consideraría algo triste mi vida.

Calificaciones medias, aunque con buena impresión de todos los maestros, por mi interpretativa personalidad y mi gusto por la lectura. Me gradué con un promedio de 16... La verdad es que no me importa, pues no tenía pensado estudiar. Había vendido la fábrica textil de mis padres, y en conjunto con todos sus ahorros, y además la venta de la casa que teníamos antes, me queda dinero para unas tres vidas.


Cumplí los dieciocho años... En fin, no noto nada diferente... Solamente que tengo unas ansias locas de hacer que mis padres adoptivos no tengan que cargar más conmigo. Tal vez dentro de un año, lo suficiente para dejarles los mejores recuerdos de mí, y ellos a mí, pues los quiero con toda mi alma, me vaya de su casa. Tengo curiosidad por saber cómo viven los sin techo, a los que la sociedad margina por no haber tenido la suerte de nacer en una cuna de oro... Qué hijos de puta.

En fin, no tengo amigos. Los amigos siempre están allí, incondicionalmente de si pasas un buen momento, o uno malo. Tenía personas que creía mis amigos, pero que me abandonaron por motivos al azar que sería tedioso mencionar. En fin, no los necesito a ellos para sobrevivir, solo me necesito a mí mismo. Tal vez luego pueda conseguir un amigo fiel, alguien que esté a mi lado, para el que yo estaré igualmente siempre a su lado, sin duda, ese será mi primer amigo verdadero. Pero por ahora, me basto solo, hasta que ese momento llegue.


Hoy he llegado a esta congestionada ciudad. Hace seis años me fui de casa de mis padres adoptivos. He estado reuniéndome con grupos de anarquistas que huyeron de casa, y viviendo en invasiones a edificios abandonados, pero la mayoría de las veces duermo en los parques centrales de las ciudades por donde he estado pasando o en sus bosques (casi siempre me quedo en bosques). He vivido ya en Italia, Francia, España, Brasil, Argentina, Venezuela, Portugal, Panamá y USA. He aprendido la mayor parte de las lenguas que se usan en esos países, pues mi pasión por la lectura no se ha apagado. En fin, veré qué de interesante puede ofrecerme esta ciudad.

Pertenencias: Ropas remendadas y gastadas por el uso, una motocicleta, una mochila de campista, un saco de dormir, un cuchillo de supervivencia y una linterna. No necesita nada más, pues es desapegado a todo lo material, excepto por unos cuantos libros que lleva en su mochila.